Las plantas suculentas con flor más bonitas
Muchas personas quieren tener una planta en su casa, pero no tienen mucho tiempo para cuidarlas. En estos casos, una de las mejores opciones son las especies crasas o suculentas, que requieren poca atención y soportan periodos de sequía.
Este tipo de plantas son atractivas por la forma de sus tallos y hojas, pero también producen flores muy llamativas. Aquí encontrarás desde el espectacular cactus piedra hasta las resistentes Opuntia o la extravagante Ojo de dragón, con sus flores oscuras.
Ya sea que quieras diseñar un jardín exterior suculento o tenerlas para la decoración interior, recuerda que suelen necesitar buena iluminación y suelos bien drenados. Para que encuentres la mejor para ti, te presento una selección de plantas suculentas con las flores más bonitas.
Cactus piedra viva (Conophytum calculus)
Originaria de Suráfrica, este género de las Aizoaceae comprende más de 450 especies, siendo esta es una de las más ampliamente cultivadas. Tiene una forma totalmente globosa, debido a que sus dos hojas se fusionan totalmente, lo que le da un aspecto similar a un guijarro.
La flor es de color amarillo y se desarrolla en la parte central, entre las dos hojas, floreciendo durante la noche. La misma es fragante (con un aroma semejante al clavo de olor) y abre durante los meses de otoño, atrayendo a polinizadores como las polillas.
Para su cultivo, se requiere colocar en sitios bien iluminados, pero no directamente expuestos a la radiación solar. La temperatura óptima para su desarrollo es entre los 12 a 18 °C, aunque tolera un rango entre los 5 hasta 25 °C, siendo susceptible a las heladas.
Se debe ser cuidadoso al seleccionar el sustrato, el cual no debe contener mucha materia orgánica, siendo imprescindible un buen drenaje. Es muy susceptible a los encharcamientos y los riegos deben ser moderados, aumentando un poco la frecuencia en verano.
Cactus de Navidad o Pascua (Hatiora gaertneri)
Originaria de varias zonas de Brasil como el Paraná, es una especie de Cactaceae de crecimiento epifito, que se cultiva como ornamental. Los tallos son aplanados, colgantes, con numerosas ramificaciones y no presenta hojas.
Tiene unas llamativas flores con los pétalos de color rojo intenso y abundantes estambres amarillos en región central. La floración ocurre durante la primavera en zonas con las estaciones marcadas, donde es preferible cultivarla en interiores.
Requiere una buena iluminación, pero no debe estar expuesta directamente al sol, debido a que las hojas sufren quemaduras. Las temperaturas ideales para su desarrollo están entre los 12 a 16 °C, y no debe exponerse a condiciones por debajo de los 10 °C.
Se debe colocar en un sustrato adecuado para las epifitas, con una buena cantidad de materia orgánica, muy ligero y con excelente drenaje. Los riegos se deben hacer cuando el sustrato se encuentre seco y agregar agua abundante hasta que salga por los drenajes, sin que se presente encharcamiento.
Corona de Cristo (Euphorbia milii)
Conocida también como corona de espinas, la especie de Euphorbiaceae es nativa de Madagascar y actualmente se cultiva en casi todo el mundo. Es una planta arbustiva, que no llega a los 2 metros de altura, con tallos suculentos que presentan espinas y hojas pequeñas en las ramas terminales.
Las inflorescencias presentan ejes largos que sostienen varios conjuntos, donde las flores masculinas y la femenina están rodeadas por brácteas de color rojo intenso. Estas también pueden ser amarillas o de otros tonos y la floración suele extenderse durante todo el año.
Conviene colocarla en condiciones de alta iluminación durante la mayor parte del día, estando mejor adaptada a zonas con altas temperaturas. En climas templados se debe cultivar en interiores, ya que no soporta temperaturas por debajo de los 4 °C.
Es muy sencilla de propagar a partir de esquejes de los tallos, que conviene sembrar en primavera y se adapta bien a distintos tipos de suelo, siempre que tengan buen drenaje. La planta soporta bastante bien la sequía, por lo que los riegos deben ser espaciados, cuando el suelo se vea seco.
Echeveria (Echeveria spp.)
Un género de Crassulaceae nativo de zonas áridas y semiáridas de América, con más de 350 especies, las cuales se cultivan ampliamente en todo el mundo. Estas suculentas son perennes, herbáceas, con el tallo muy reducido y las hojas arregladas en rosetas, presentando con frecuencia un ápice rojizo.
Las inflorescencias son terminales, racemosas, con flores tubulares y colgantes, que presentan la corola con tonos amarillos, rojos o naranja. Florece desde la primavera hasta el verano, siendo ideal para jardines secos y como plantas de interior.
Los lugares más adecuados para ubicarlas son aquellos con una buena luminosidad, evitando la exposición directa en las horas de mayor radiación. En cuanto a su rango térmico óptimo, se encuentra entre los 20 a 25 °C, con poca tolerancia a temperaturas mayores a los 35 °C y menores a los 4 °C.
Como todas las suculentas, requiere un sustrato especial que tenga un drenaje rápido, para evitar la acumulación excesiva de humedad y los encharcamientos. Hay que ser cuidadoso con los riegos, aplicando únicamente cuando el sustrato se ve seco, con dos riegos semanales en verano y 1 en los otros meses del año.
Frangipani (Plumeria rubra)
Proveniente de México, América Central y el norte de Suramérica, esta Apocynaceae se utiliza en diversas zonas como ornamental en jardines exteriores. Es un arbolito que alcanza un máximo de 8 metros de altura, con hojas que caen en el invierno o sequía, produciendo una gran cantidad de látex de color blanco.
Presenta inflorescencias terminales, con flores de pétalos blancos con el centro del tubo amarillo hasta tonalidades rosas y rojas en las variedades cultivadas. La floración suele iniciarse en mayo y extenderse por toda la época de verano, presentando las flores una suave fragancia.
Debido a su origen tropical, la especie no resiste bajas temperaturas, aunque algunas variedades soportan hasta los 2 °C. Por tanto, se recomienda para jardines de climas mediterráneos suaves, ubicando a plena exposición solar y protegerla durante los meses más fríos.
No se debe colocar en sustratos muy compactos, ya que tienden a dañarse las raíces si hay pequeños problemas de drenaje. Prefiere suelos que sean más sueltos, con una textura media, sembrando durante el invierno y los riegos deben ser moderados, para evitar los excesos de humedad.
Kalanchoe (Kalanchoe spp.)
Un género de más de 100 especies de las Crassulaceae, originario de distintas regiones del Viejo Mundo, que se ha extendido por casi todo el planeta. Son suculentas que pueden ser arbustivas hasta de porte herbáceo, con hojas carnosas, las cuales suelen desarrollar hijuelos en sus márgenes.
Las inflorescencias presentan abundantes flores tubulares, las cuales son de colores muy variados, que van desde el blanco, amarillo, naranja hasta rojo, según la especie y variedad. Florecen naturalmente en primavera, aunque se pueden conseguir en viveros con flores durante todo el año, debido al manejo de la iluminación.
Se desarrollan mejor a plena exposición solar, con varias horas de luz al día, necesarias para estimular la floración. Lo ideal es que crezcan entre los 16 a 20 °C, evitando temperaturas por debajo de los 10 °C y por encima de los 35 °C.
Es recomendable un sustrato suelto y ligero, con bajo contenido de materia orgánica y un excelente drenaje, debido a su baja tolerancia al encharcamiento. El riego se debe realizar cuando el sustrato se encuentre seco y se recomienda podar luego de la floración, para estimular el crecimiento.
Nopal, Opuntia o Tuna (Opuntia spp.)
Género americano de las Cactaceae, que comprende más de 300 especies, que crecen en zonas áridas y semiáridas. Son arbustivas, presentando tallos con ramas aplanadas y carnosas, denominadas cladodios y las hojas reducidas a espinas que se arreglan en areolas.
Las flores se presentan en grupos, en el borde de los tallos, con numerosos pétalos y estambres, de distintos colores, siendo más frecuente el amarillo. Suelen florecer desde finales de la primavera hasta bien entrado el verano, luego de uno o dos años de crecimiento vegetativo.
Son plantas que requieren una alta iluminación, por lo que conviene ubicarlas a plena exposición solar. En cuanto a la temperatura, se adaptan a una gran cantidad de condiciones, con especies que llegan a tolerar desde heladas hasta temperaturas por encima de los 35 °C.
No es muy exigente con el sustrato siempre que tenga un drenaje, por lo que son preferibles las texturas medias y un bajo contenido de materia orgánica. Se propaga a partir de trozos de cladodios y el riego debe ser moderado, debido a que tolera la sequía.
Ojo de dragón (Huernia spp.)
Un género muy suculento de las Apocynaceae, que cuenta con más de 60 especies nativas del este de África. Son perennes, de porte herbáceo, con tallos muy suculentos, sin hojas y produciendo un látex blanco al romper, el cual puede ser tóxico.
El principal atractivo de las distintas especies de Ojo de dragón son sus flores, de colores oscuros entre púrpura y negro, con olor desagradable. Las mismas son polinizadas por moscas, con la floración ocurriendo en el verano y extendiéndose gran parte del otoño.
Son plantas muy adaptadas a condiciones de sequía, por lo que requieren estar expuestas a una alta iluminación, presentando un crecimiento alargado en la sombra. Se desarrollan bien entre los 15 a 30 °C, siendo muy susceptibles a temperaturas inferiores a los 10 °C, por lo que en climas templados deben cultivarse en interiores.
El sustrato debe tener una buena aireación, alto contenido de materia orgánica y un buen drenaje, debido a que es muy susceptible a los excesos de humedad. Se recomienda regar cuando el sustrato se encuentre seco o cuando los tallos no se vean muy turgentes.
Planta de jade (Crassula ovata)
Una Crassulaceae que se originó en el sur de África y actualmente se cultiva en muchas regiones como ornamental. Tiene un porte arbustivo, llegando a alcanzar hasta los 2 metros de altura, siendo más leñosa en la base, con hojas verde brillante, muy carnosas.
Las inflorescencias presentan numerosas flores de color blanco, en posición terminal, con los pétalos de forma estrellada. Florecen desde el otoño hasta aproximadamente finales de diciembre, aunque también puede hacerlo en primavera.
Debido su hábitat natural, es una especie que crece mejor cuando se coloca a plena exposición solar, aunque se puede tener en interiores, siempre que el lugar tenga buena iluminación. Crece mejor entre los 20 a 35 °C, llegando a tolerar bajas temperaturas siempre que el sustrato se encuentre seco.
Es una suculenta muy sensible al encharcamiento, por lo que debes utilizar un sustrato con muy buen drenaje, suelto y un nivel medio de materia orgánica. Lo mejor es regar solamente cuando el suelo está seco y es muy importante hacer podas luego de la floración, para mantener la forma de la planta.
Piedra lunar (Pachyphytum oviferum)
Una Crassulaceae que es endémica de algunas regiones de México, pero se ha vuelto una de las más populares entre los cultivadores de suculentas. Alcanza alturas entre los 10 a 15 cm, con tallos muy cortos y hojas muy carnosas que se arreglan en la base, en forma de rosetas.
La planta produce una inflorescencia que surge desde la base en un pequeño escapo, que lleva de 10 a 15 flores, con los pétalos rojizos y estambres amarillos. Florece principalmente en primavera y es ideal para jardines xerofíticos o como planta de interior.
Ubicar en lugares con buena iluminación, evitando la exposición directa durante las horas del mediodía, ya que pueden dañar las hojas. No soporta bien las bajas temperaturas y puede sufrir daños por debajo de los 8 °C, siendo su rango ideal entre los 18 a 26 °C.
Es recomendable seleccionar un sustrato formulado especialmente para suculentas, con un excelente drenaje y bastante suelto. Hay que regar cuando el suelo se vea seco o las hojas pierdan algo de turgencia y evitar los excesos de humedad.
Rosa del desierto (Adenium obesum)
Esta Apocynaceae crece de manera natural en distintas zonas del sur y este de África, siendo muy popular como ornamental en climas templados. Tiene un porte arbustivo, llegando a alcanzar un máximo de 3 metros de altura, con hojas de un verde brillante, que se arreglan en forma verticilada.
Es muy frecuente su uso para el diseño de bonsái y las flores se presentan en inflorescencias, con los pétalos en distintos tonos de rosa, que van degradando hacia el blanco. Por lo general, la floración se presenta durante el verano, con varios periodos de aparición de flores.
Necesita colocarse en un lugar bien iluminado, prefiriendo la plena exposición cuando el clima exterior es cálido. La planta es muy sensible a las temperaturas por debajo de los 10 °C, por lo que en zonas templadas se deben cultivar en interiores.
Como todas las suculentas, no tolera los excesos de humedad en el suelo, por lo que se debe sembrar en sustratos bien drenados y sueltos. Es recomendable aplicar riego cuando el suelo está totalmente seco y en cantidades moderadas.